De la T a la X: Lecciones del rebranding de Twitter - LID Editorial Colombia

De la T a la X: Lecciones del rebranding de Twitter

El rebranding implica la modificación de algunos elementos de marca con fin de lograr objetivos de marketing. Por ejemplo, en octubre 2020, escuchábamos atentamente cuando Mark Zuckerberg anunciaba que la compañía propietaria de Facebook, Instagram y WhatsApp, denominada Facebook, Inc. cambiaba su nombre a Meta.

Algunos analistas criticaron esa medida argumentando que el cambio de nombre a Meta obedecía a una distracción, debido a que la empresa se había visto involucrada en una serie de escándalos como discursos de odio y violencia, redes de tráfico dentro de la plataforma, experimentos para generar adicción de los usuarios, entre otros. Otro cambio de nombre en el sector se dio cuando en 2015 el conglomerado tecnológico cambió de Google a Alphabet.

Volviendo a Twitter, ¿o deberíamos decir X? Elon Musk, uno de los líderes más controversiales del momento, anunció que cambiaría el nombre con el que la compañía inicio en 2006. Su principal argumento es que X representa sus planes para crear una aplicación para todas las cosas (“the everything app”) a nivel global.

Esto ha generado mucha polémica, principalmente porque los usuarios pidieron que no se cambiara el nombre, y declararon que seguían prefiriendo el pajarito azul. Además, el término “X” puede activar las notificaciones de seguridad de algunos navegadores. A continuación, tres lecciones que podemos aprender de este cambio de nombre:

1. El nombre de marca: 

Desde el neuromarketing, una marca es una asociación de conceptos que quedan en la memoria. Las personas asociamos los nombres de marca a beneficios percibidos. Estas se construyen y fortalecen con el tiempo.  A través de todos los puntos de contacto deben enviar el mismo mensaje a los usuarios, por lo que un cambio de nombre puede generar confusión. Pensemos, ¿qué pasaría si nos cambiáramos el nombre en este momento?

2. El valor de marca:

Una marca es uno de los principales activos que una empresa tiene. Estas tienen un valor monetario que se estima con base en diversos métodos de valuación. El nombre (Twitter), que ya es conocido desde hace 17 años, ha generado valor económico a la empresa. Según Bloomberg, el cambio de nombre a X puede representar una pérdida entre 4 a 20 billones de dólares del valor de marca.

3. Posicionamiento:

Es muy probable que sigamos llamándole Twitter a la red social de micro-blogging, puesto que el nombre ya está posicionado. Según anotó la consultora SEMrush, dentro de la plataforma aún se muestra “buscar en Twitter” y “Tweet” para “tuitear”, así como el número de “tweets” que una persona tiene, es decir, tendrán que buscar cómo adicionar “X”. Este es un espacio para que Threads, la nueva apuesta de Meta (en esta columna abordaba ese tema), gane terreno y se posicione.

Conclusiones:

Podemos concluir que el “rebranding” de Twitter no responde a una situación de mercado, y de momento debemos confiar en la visión de Musk para que esta plataforma se convierta en lo que él llama “the everything app”.

Autor: Mario Paredes.

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